sábado, diciembre 31, 2005

Piau l'engaly (SNOW 2005)







La verdad es que este viaje de ski fue una auténtica sorpresa. Yo estaba en mi casa tranquilamente el sábado cuando me lo propusieron: “oye, ¿por qué no te vienes el lunes con nosotros a esquiar?”. Y yo cogí, y me fui.
Yo tenía claro que prefería hacer snowboard. Sí, eso de coger una tabla como un monopatín gigante, atarte los dos pies a ella y tirarte por una pendiente nevada. Eso. Claro, que yo no tenía equipo de ningún tipo para esquiar ni hacer snow ni leches. Me lo dejaron todo. De hecho, iba equipado como un auténtico profesional… pero sin tener ni puta idea ni de cómo funciona eso de los remontes.
La cuestión es que llegamos allí. El viaje fue tremendo. Íbamos seis en un coche monovolumen, con baca y todo. Y la verdad es que las plazas de atrás del todo eran bastante justitas. Además llevábamos bolsas en los pies y la mochila de mano encima. Pero llegamos.
El pueblo en el que nos alojamos se llama Bielsa. Muy pequeño. Pero el apartamento estaba muy bien: cocina, baño y dos habitaciones. El salón era parte de la cocina (o sería la cocina parte del salón…). Yo dormí en un sofá que descubrí (menos mal) que se hacía cama.
El primer día tuvimos que alquilar equipo. Yo pillé mi tabla y mis botas. No soy “goofy”, soy “regular” (vamos, que llevo el pie izquierdo delante en la tabla).


En las pistas, lo primero que hice fue caerme. Todos éstos esquiaban de puta madre. Así que yo me caía al suelo por todos ellos. Ya me costó un huevo llegar al primer telesilla. Y fuimos directamente a las pistas azules. Ahí, con un par de… Se resume rápido mi participación: en la primera subida me caí cuarenta veces, en la segunda sesenta y en la tercera treinta. Yo estaba ya que me dolía todo el cuerpo, bueno, voya especificar: el culo, los codos, las rodillas y las muñecas. Eso es lo que más sufre. No era dolor de cansancio físico, no. Era dolor como si me hubieran dado una paliza.
Me había cogido un profesor para las cuatro de la tarde, y estaba empezando a pensar que no iba a llegar vivo (sobretodo mentalmente, demasiada caída). Es que llega un momento que ya hasta apartas los brazos cuando te caes, porque te duelen tanto… así que empiezas a caer como un fardo, que es peor.
Terminamos de comer y cuando íbamos hacia otra azul… yo iba con confianza, me notaba mejor, estaba haciendo progresos… me pegué tal guarrazo, que decidí volverme a pie por toda la cuesta y esperar a que llegara la hora de mi clase. He de reconocer que veía un poco negro esto del snow.
La clase me dio la vida. Después de que el tío me contara los cuatro o cinco mandamientos de este deporte (no hay más), había recuperado la ilusión de por la mañana. Claro, que seguía magullado de flipar, eso no me lo quitó la clase.

Al día siguiente me dediqué a perfeccionar mi estilo mientras todos los demás hacían el cabra por pistas de todos los colores. Logré grandes avances. Ya bajaba las verdes fáciles sin caerme y podía coger arrastres (casi sin caerme). Pero lo cierto es que te llenaba de “alegría” (aunque sea un poco cabrón) ver como la gente las pasaba igual de putas que tú con la tabla, o peor. Creo que una persona que hace snow y está aprendiendo se pone y se quita las fijaciones como doscientas veces al día.
Tremendas las agujetas en el cuello de caer y levantarse todo el rato.

Ah, nunca salimos de noche, porque estábamos demasiado matados.

El último día lo comencé con dolor de garganta. No me caí en el camino al primer telesilla (impactante) y fuimos directos a las azules, sí, yo también. No la bajé mal, sólo caí cuatro veces, pero no me encontraba con confianza. Así que cuando fuimos a un arrastre y me caí tres veces delante de todo el mundo, mi confianza llegó a l mínimo admisible. Volví a las pistas verdes.
¡En seguida se me quedaron pequeñas! (wowowowow, ¡confianza subiendo!) ;) Y me puse en unas verdes más largas y empinadas. Me hice un circuitillo que me salió muchas veces sin caerme y me llegó el momento de ir a las azules por mi cuenta. Subí, me lancé, y no era el que peor lo hacía. Caí dos veces: una por culpa de montículos de nieve (al tercero perdí el equilibrio) y otra por mi culpa. Claro, en esta última caída caí de culo y… ufff, aún dolía, ¡eh!.
Quise probarme otra vez. Volví a subir. Esta vez iba de lujo… haciendo eses perfectamente, cogiendo velocidad… pero me pegué un guarrazo acojonante que menos mal que llevaba casco (ya dije que iba muy bien equipado…), me fui hacia atrás y me di con la cabeza en el suelo. Una señora se paró al ver la caída y me preguntó si estaba bien. Lo cierto es que este golpe me quitó el dolor de cabeza que tenía del anterior, aunque de primeras me dolió más. Menuda leche me di. Pero bajé contento. Me había superado con creces y ya puedo decir que no soy un novato con la tabla. Espero repetir.

De mis amigos he contado poco porque sino este post sería demasiado grande. Que lo completen ellos con comentarios, jeje. También se dieron buenas galletas, no fui yo el único, ¿ein? :P
Recomiendo este deporte. Pero tienes que saber que vas a acabar dolorido de flipar. No se si cansado, pero dolorido sí. Como si te hubieran apaleado.

4 comentarios:

danifres dijo...

juas, superleches by zola, interesante experiencia, ami m molaria tb probar el snow, el rollo esk tengo las rodillas delicadas, m conformare con el capoeira,juas, en cerocoma nos vemos en punta cana bailando el julajula, yuhu

Anónimo dijo...

Wapo!!! no hables tanto de tus leches, q nadie va a querer probarlo...jejeje engáñales y diles q sale solo (bueno, eso te quitaría el mérito) Personalmente yo me lo pasé muy bien, aunq tb pasé muuucho frío. Y sólo una acída...claro q fue culpa de Alejandro, ejem
Ya repetiremos!!
Besos Nata

Zola dijo...

¡¡OLÉ!! esa esquiadora de moda!! Seguro que fue culpa de Alejandro, los profesionales no se caen! ;) lo cierto es que casi parece que me caí por torpe, pero no! es algo por lo que hay que pasar por cojones. Bueno, alguna vez me tenían que dar una paliza!! jaja :P

Teresita dijo...

Madre mia!!!!

menuda semana de esqui eh??? no se como sigues vivo despues de tanto porrazo....

Estoy aqui porque pinche en el link tuyo que tiene Patxi en su blog...

Ya me conto Patxi ese viaje, chulo eh?? y por lo que veo tb fueron mendoza , mascarel y compañia...

que envidia, yo este año me he quedado sin semana de esqui, pero estoy en bruselas de erasmus, asi que tpoco esta mal.

besos, Teresa Calleja