Como todos sabéis, en este blog se escriben cosas muy variadas… pero siempre escatológicamente divertidas o escatológicas a secas.
Bueno, realmente la escatología es algo que hace reír a la gente. Tiene partidarios y detractores… ¡anda!, ¡pero si es como la política! Quiero decir, que la mitad son partidarios de los unos, la otra mitad de los otros… pero al final son todos la misma mierda (los políticos, se entiende). Ojo, ¿y con qué se limpia esa… “mierda”? Con el papel de los votos de cada uno de nosotros.
Pues eso, escatología pura. Pero no voy a hablar de política porque se me ensucian los dedos tecleando, el ordenador se queja, vosotros os aburrís… para eso sólo tenéis que poner la radio o la tele a cualquier hora y es casi seguro que pilláis un grupo de gente muy sesuda hablando de política (o de gente sin seso hablando de cualquier cosa, que también lo hay).
Es como la escatología (mierda) de la ley de Murphy. Este tema siempre me ha provocado bastante risa. ¿Cómo un tío llamado Murphy puede tener unas leyes tan sencillas pero que todo el mundo sabe? Porque más sencillo es que el peso es igual a la masa por la aceleración de la gravedad y no todo el mundo lo sabe (basta pillar algún programa de los que comentaba antes y lo podríamos comprobar (me refiero a los dos tipos de programas)).
Este tío, Murphy, un día se levantó inspirado y se puso a escribir lo que le pasaba. Está claro que le pilló pesimista, porque todas las leyes vienen a resumirse en una: “si algo puede salirte mal, te saldrá mal”. Espero que no haya ningún enamorado de las murphyadas estas, porque voy a desmitificarlas un poco… ¡Realmente este tío debería ser el patrón de los monólogos actuales! Coge lo cotidiano y lo hace ley. Como todo son eventos cotidianos que le joden a uno pero sin llegarle a hacerle daño (son simples putadillas), pues el tío da en el clavo.
Además, con las leyes de Murphy sucede algo muy curioso: todo el mundo se acuerda de ellas cuando se cumplen pero se CALLA cuando no se cumplen. A mí no siempre se me cae la tostada por el lado de la mantequilla, ni pillo siempre los paracetamoles por el prospecto, ni… Ahhhhh, pero a que nunca oís: “vaya, la ley de Murphy ha fallado. Soy un tío con suerte, hoy va a ser mi día. Me veo tan fuerte que me parece que voy a levantar un dedo y me va a caer un donut para desayunar”. Que sería una reacción lógica dado que las jodidas leyes siempre están ahí para recordarte lo mierda que es tu vida en esos detalles diarios tan insignificantes.
Lo que sí se suele oír es: “joder, otra vez el puto prospecto, me cago en la ley de Murphy. Hay que ver el jodío, que razón tenía, que tío más cojonudo…”. Etc, etc, etc…
Eso, es injusto. Oye, y que yo al Murphy este no le tengo ningún gato, ¿eh? De hecho, igual ahora cuando acabe escribo una “Historia de la historia” sobre él. Me parece admirable la capacidad de síntesis, cómo meter en leyes diferentes el mismo concepto, cómo hacer que todo lo que suena a Murphy, sea ley de Murphy, cómo perdurar, cómo tener tantos seguidores… Joder, es un caso de estudio.
Luego hay gente que hace postulados y corolarios sobre ellas. Sencillamente acojonante. El pobre Confucio no es nadie al lado de este tío. Es para cagarse, te tiras la vida haciendo el confucio por ahí, viajando, dando conferencias, haciendo de tu vida el enseñar y siendo un cultureta de la leche para que luego llegue un tal Murphy y tenga más seguidores en Facebook que tú. Pero claro, es Confucio, y Confucio está por encima de todo eso.
Así que yo voy a hablar de esas 10 cosas que no queremos que se repitan y que sean 11 el año que viene. El mundo no se acaba cuando una ley de Murphy se cumple, ¡tranquilos!
Haré las “antileyes de Murphy” (que suena muy bien… a ver qué tal quedan), unas respuestas a estas leyes:
1. Eres tan pardo que siempre que se te cae la tostada, cae en la baldosa más sucia, con la junta más mugrienta, el día que más te apetecen las tostadas y cuando todo lo demás de la despensa está caducado. Pero no conforme con eso, aterriza sobre el lado que tienes esa mermelada tan maravillosa que hace tu abuela y de la que no te queda más.
a. Tío, pásate a los cereales, son un mundo sin ley.
b. Macho, al menos no te han caído en los zapatos nuevos.
c. Menos mermelada y más ejercicio. En el fondo te viene bien que se te haya caído.
d. Gracias a eso, tu perro no necesita que le eches hoy pienso por la mañana.
e. Para que luego digan que eres un viva la vida y que no haces caso a nadie. Siempre podrás decir: “eh, que a Murphy sí le hago caso”.
f. No se te ha caído, la has tirado para que cayera sobre la mermelada porque, ojo, porque no te gusta.
g. Te la vas a comer para demostrar a todo el mundo que friegas de puta madre.
2. Vaya, ¡pero si la otra cola es más rápida!
a. ¡Y quién quiere una cola más rápida!. (Si hubieran dicho grande…)
b. Y qué, si tú estás ahí para hacer tiempo.
c. Eso no significa que sea mejor.
d. No desesperes, así puedes dedicarte unos minutos a ti mismo.
e. Qué bien, ¡tienes tiempo de hacer el gilipollas con el iphone!
3. Resulta que tienes la extraña habilidad de meter las llaves en el bolsillo que coincide con la mano que tienes llena de cosas y ahora no puedes abrir la puerta. Encima, llevas unos vaqueros recién lavados que te raspan un huevo y que la llave es posible que deje surco en tu pierna al sacarla.
a. Uuuuu, ¡qué horror! ...Joder, deja las otras cosas en el suelo un momento.
b. Es tu forma de demostrar que eres ambidextro y que de contorsionismo sabes un rato.
c. Esas no son las llaves que necesitas, llamas a la puerta con la cabeza si hace falta.
d. ¿Y qué pasa?, tengo las que me hacen falta en la mano libre.
e. Pero tengo un Renault, mi puerta se abre sin llave.
4. Cuando tienes prisa, el semáforo está siempre en rojo.
a. ¿Seguro que no eres daltónico?
b. Joder macho, pero si es cosa de 2 minutos… ¿¿¿tanta prisa tienes??? ¡Pues déjate de semáforos! Saca un pañuelo blanco por la ventanilla, da los “warning” y a pitar por toda la calle como un desesperado.
c. Otras veces está en amarillo y otras en verde. ¿A que cuando tienes tiempo no te paras cuando está en verde? Claro, hay que compensar.
d. Pero el de los peatones está en verde.
5. El que ronca es el que se duerme primero.
a. Claro, porque si fuera el otro, no se daría cuenta de que ronca. Es como si digo que el que ronca no lleva tapones.
b. Pero recibe codazos.
c. El que duerme primero no descansa más por eso, ¿eh?
d. ¿El que no ronca se levanta más tarde?
e. Es un truco del que dice que no ronca para que no le descubran.
f. Yo no ronco, respiro fuerte. Y sí, me duermo primero porque tengo más sueño.
6. Los que viven más cerca, por una extraña razón, formulada por Murphy, son los que llegan más tarde.
a. Ahh, pero duermen más.
b. Pero luego se van más tarde, como llegan antes…
c. Es lo que tiene estar disponible geográficamente en cualquier momento.
d. Y tú qué sabes cuál es su convenio. A lo mejor los que viven cerca tienen otro convenio.
e. No quieren crear envidias en el curro. El ambiente de trabajo por encima de todo, no se deben crear malos rollos. Sacrifican su puntualidad.
7. Siempre habrá alguien presente cuando cometas un error.
a. Claro, si no el error no existe.
b. Es para que aprendan lo que no se debe hacer.
c. Todo el mundo comete errores, ya era hora de que se dieran cuenta de que no eres perfecto.
d. Eso de que es un error habrá que probarlo. Y el testigo ese está comprado.
8. Desde hace años vengo comprobando que nunca comunica un número de teléfono que he marcado por error.
a. Joder, es que la mayoría del tiempo el teléfono está sin usarse. Lo raro sería que justo pillaras a la persona con la que no quieres hablar (que son muchas más que las que quieres hablar, por lo menos un país entero), hablando. Y lo más raro aún sería que te estuviera llamando a ti por equivocación, eso sí que sería digno de estudio.
b. Es que hago encuestas, más me vale.
c. Eso significa que por lo menos no soy tan gilipollas como para llamarme a mí mismo. Es como para alegrarse.
9. Basta desear firmemente que algo no ocurra para que ocurra.
a. Esto es demasiado falso como para darle más de una opción: si fuera un ley, anularía todas las demás deseando lo contrario. Hummm, ¡mi teoría cobra fuerza.
10. Si puede romperse, se caerá.
a. Todo se cae. Unas cosas se te rompen y otras no.
b. Por eso tengo moqueta en toda la casa.
c. Da igual no me gustaba nada el candelabro ese.
d. Ok, pues como las cosas que no pueden romperse no se caen, haré el bruto.
e. Es lo que tiene la gravedad.
f. Y si puede romperse, ¿para qué lo ponen a mi alcance?
Como habéis podido ver, las 10 leyes de Murphy que se nos han cumplido a todos este año tienen respuesta. Pensad en la de veces que no se han cumplido y empezaréis el año con buen pie.
Feliz Año a todos!
p.d.: gracias por la idea, Benjamín.
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