miércoles, septiembre 30, 2009

Un día en el trabajo (II)

Así que me pongo a currar...
el día transcurre pacíficamente: llego a un túnel, me tapo los ojos, como grefusitos, otro túnel, otra vez los ojos, más grefusitos... así toda la mañana, que estoy echando barriga coño!
He solicitado al metro de Madrid que ponga unas bicis estáticas en la cabina para poder hacer algo de ejercicio, pero no hay manera, dicen que sólo si les dan subvención europea por el tema ecológico, pero claro, para eso dicen que la única solución sería que la luz de los vagones fuera como una dinamo: nosotros pedaleamos y producimos la luz. JA! que se lo creen ellos, y cuando tenga que hacer pis qué?? me lo hago encima??? yo no puedo orinar si tengo que dejar de pedalear y con eso no hay luz, que me da miedo la oscuridad!!! si es que... esta gente no se entera de que yo, como empleado de inserción, con mis problemas y mis fobias, les doy más subvención que toda una cohorte perroflautas de inserción laboral.
Que por cierto, la cosa se está poniendo mu malita, que hay gente trajeada que entra pidiendo al metro y claro, si lo que saben hacer son balances, auditorías o estudios de mercado, pues eso ofrecen a la gente... la verdad es que si tienes que pedir en el metro, más te vale que Dios te haya dado algo de arte con los instrumentos (aunque lo que sepas tocar sea la tapa de un váter), porque sino no tienes nada que hacer... y además, para qué engañarnos: prefiero que me lean la mano a que me hagan un balance de la cuenta de la compra y mi monedero, una auditoría de los sudokus o el estudio de mercado del Bershka, H&M y ZARA para ver cuál es mejor y en qué momento.... otra opción es dar algo de pena, pero para eso hay que valer.

Hoy vi entrar a uno que contaba una historia alucinante sobre las avispas congoleñas, que según él van a venir a picarnos a todos en los huevos si no les damos una firma a las rumanas sordas que venían con él. Yo me quedo con la copla de todo, porque como cierro los ojos en los túneles he desarrollado un oído casi milagroso que bien podría ser de tísico en paro. Prefiero la gente que te vende linternillas por dos euros.

..........

1 comentario:

Águila Roja dijo...

Sin duda este comienzo de la nueva vida en la Red de Antón va a ser histórico. Me recuerda a cuando en la facultad nos contaban cuando Dostoievski entregaba pequeñas historias en el periódico para mantenerse vivo. Espero que no sean escritas esas historias con el mismo objetivo y si no, bienvenido sea el caballero Don Dinero.

Este personaje me ha recordado un poco al Savoir faire de Torrente, aunque con una gran diferencia: Mientres que éste sobrevivía por las calles, Antón lo hará por debajo de ellas. El terreno, el 'Metro de Madrid: huela' desde luego da mucho juego así que tendrás mucho donde rascar; bueno, eso si antes Antón no se mata por ir con los ojos cerrados.