domingo, noviembre 13, 2011

Blog: Antón y su primer conTACTO con la vecina del 5º

El otro día fui a comprar el pan y, coño, se me coló un tío.

Hasta ahí puede parecer que no pasa nada, no? Bueno, pues resulta que ese tío pidió la única barra de pan que me gusta: con cereales. Así que, me jodí.

Decidí hacer algo arriesgado, y exclusivo: innovar. Ey, Antón es un tío que innova.

Compré cereales de la rana y un poco de harina. Me fui a mi “Antón cueva” (soy fan de Batman! Pero con mucha luz) y me puse a cocinar. Cuando lo tenía todo claro, caí en la cuenta de un detalle: no tengo horno.

No tuve más remedio que darle al coco y, al usarlo de nuevo, me dolió un poco pero, me di cuenta de que no podía hacer el pan con cereales! Esos no eran los jodidos ingredientes.

Tampoco podía tomarme unos cereales y guardar la harina, porque mi leche estaba caducada y cortada en la nevera. Así que fui a ver a la vecina del quinto, que yo sé que me mira de reojo… debe ser mi conocido olor corporal… la tengo loca, pero no me va lo fácil.

Claro que, qué carajo le digo?? Que no tengo horno o que no tengo leche? En un alarde de valentía, bajé (en plan “casual wear”)… ok, describiré mi indumentaria:
  • Chaqueta de ganchillo gris sin nada debajo más que mi pelambrera de macho
  • Pantalón de Adidas a juego, o sea, el verde que estaba en el expositor. Que es muy útil, porque te lo quitas de un tirón. Tiene botones en los lados de las piernas, lo coñazo es ponérselo.
  • Zapas de andar por casa en plan “bo que pacha, cucaracha, que te como”. Son de animales. La cara de un topo, no podía ser de otra manera.
Llamé a la puerta tras verme en el espejo del ascensor y decir: “ou, mai god. Lo rompes tío”. Y… bueno, me abrió la vecina.

La chica iba demasiado informal para mí, lo cual me disgustó profundamente. ¿Cómo se puede ir así vestida a las 7 de la tarde en tu propia casa sabiendo que en cualquier momento puede bajar el vecino a pedirte sal, aceite… o un horno? Describiré cómo iba, que no tiene desperdicio:
  • Pelo recogido con coleta a un lado
  • Raya en los ojos verdes esos que tiene
  • Camiseta de los Boston Celtics de tirantes
  • Pantalón corto de chándal, ajustado
  • Unos calcetines verdes… uno subido a media pierna y el otro bajado.
Como podéis comprobar, no tiene desperdicio. Menudas pintas. Si hay un incendio no la salva nadie. Cómo se nota quién tiene la clase innata y quién no.

Me dijo, haciendo una pompa con el chicle de fresa que estaba mascando de una forma… Demasiado ruda:

- “qué quieres, pimpollo?”

Cómo que pimpollo! Esa palabra sólo la usaba mi abuela! De qué va?? Yo no soy un pimpollo. Lo fui, pero desde que leo revistas “in” ya tengo un estilo definido y que no va según modas ni se rige por el pimpollismo…. “pimpollo”… hay que joderse. Tú te has visto, pimp...?

- “hola vecina, no sé si sabes quién soy..”

- “ sí claro, el que no se ducha”

- “Eh? Perdona, chata, yo me ducho todos los días del año que no trabajo”

- “ya, ya… era una broma hombre! Lo decía porque huele tan mal en el descansillo que no sabía si te habías dado cuenta!”

- “ahh, muy graciosa. Sí, la verdad es que me ha parecido un chiste… lamentable! Mira, venía a pedirte el horno, que yo no tengo”

- “….eso suena un poco raro, no? Si no tienes horno, por qué te hace falta? No sabías que no tenías horno?”
- “Ya, ya… (joder, cómo hila)..”

- “dime, pimpollín, qué quieres?”

“pimpollín”! eso fue lo que me dijo Antonia, mi primera novia… qué tiempos!
Me puso algo nervioso, lo reconozco..

- “bueno, pues quería meterte la barra de pan en forma de polvo y que me salgan cereales de la rana…”

Mierda! Pero qué coño he dicho!! JODERRRR…. Se me han mezclado las palabras! He juntado lo que no quiero pensar con lo que pienso que no quiero comer y lo que no quiero tener que decir porque no me gusta hacerlo, con lo que quiero tener que comer y usar… mierda, LO ESTOY HACIENDO OTRA VEZ!

Estoy empezando a sudar!!!

Esto es un desastre…

La cara que puso la pobre chica fue tan parecida al color de la harina que llevaba en la mano y tan semejante a mi leche caducada: BLANCA Y DE MALA LECHE.

Pero peor fue mi cara cuando recibí un tortazo con la mano abierta. Se me quedó como si me hubiera comido 2 kilos de cereales de la rana: hinchada y roja.

El portazo sólo hizo que empeoraran las cosas, porque se me cayó el paquete de harina y se llenó todo de polvos blancos…. Justo cuando salió Felisa, la vecina de enfrente de la chica. Con los rulos y la bata de flores.
Y yo iba vestido como he contado antes, pero ahora también con toda la cara, las manos... todo lleno de harina…

- “pero qué pasa aquí! OH!!! Un “drogadito”!!!!! SOCORRO!!! ME QUIEREN DROGAR!!!! AYUDAAA!!!”

- “Señora Felisa!! Que soy Antón, el vecino del 6º! Que esto blanco es harina!

- “…Antón…??,… y esa cara roja que tienes?? Y esas pintas?? Hijo! Qué ha pasado?? Si tienes problemas díselo a Felisa! Pero no te drogues, ay!, drogas no! Que la droga es mu mala! Mu mala! Si tú eras como un hijo para mí….”

Dejé a la señora Felisa hablando sola y aproveché la humareda blanca para escabullirme… Me tuve que duchar, claro. Se me atascó la bañera con el engrudo blanco que se formó.

Vaya día…

Tengo que reflexionar sobre lo que ha pasado porque esto no es normal… no me suelo trabar al hablar… cómo ha podido pasarme esto?? Será que hablo con poca gente...

O será que soy de los Lakers?

1 comentario:

Jechu dijo...

Digamos que las cosas por algún motivo Antón... Si te hubieses levantado solo 30 segundos antes, el tío no te hubiese quitado la barra y no te habría pasado esto.

Dúchate hijo, límpiate, no critiques... Sinceramente, me das un asco Antón, pero de asqueroso tienes tu gracia. Chico, cuanto antes reconozcas que te gusta la vecina, y no al revés, entenderás lo que te ha pasado.

La próxima come sin pan, que estás muy gordo ¡hombre ya!